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Así que no queden dudas del volumen que dará Maduro a la entrega de Alex Saab. Lo relucirá, lo abrazará, decretará haber humillado a Estados Unidos, vociferará sobre la ingenuidad de la oposición a la que repetirá los insultos.
A final de cuentas, el triunfo de un presidente corrupto como Maduro es el regreso de su socio ladrón. No tiene más.
Me viene el recuerdo de los detalles que me contó el general Hugo Carvajal sobre el show que montó Maduro a finales de julio de 2014 para recibirlo luego de haber logrado su liberación pocos días después de haber sido detenido en Aruba acusado de narcotráfico por la justicia de Estados Unidos. El exdirector de contrainteligencia había sido nombrado cónsul general en Aruba como una manera de mantenerlo alejado del país porque Maduro no lo quería. En realidad, se detestan mutuamente. Carvajal, ahora preso en EEUU, fue recibido como un héroe patriota a su regreso. Igual harán a Saab, que tal como El Pollo, se mostrará profundamente conmovido.
Tarek es de los malos que con sangre fría ignora el dolor de familiares de desaparecidos por efectivos del régimen, como Hugo Marino, de quien nada se sabe después de caer en manos de la DGCIM el 20 de abril de 2019. Ni un minuto ocupa Tarek en salvar de su agonía a Emirlendris Benítez, joven probadamente inocente y cuya vida se apaga como consecuencia de las torturas recibidas. Menos ha de importarle que al dirigente de Súmate, Pedro Abdul, se le violen sus derechos y lo sometan a una desaparición forzada impidiéndole a sus familiares y abogados asistir a la audiencia que de manera ilegal fue realizada en las instalaciones del Helicoide. Y así, 275 presos políticos languidecen en las mazmorras venezolanas.
La agenda de Tarek tiene prioridades. Para resumirlo: Tarek no es un poeta, lo suyo es el espectáculo.
Tarek ha ido ganando confianza con la experiencia. Digamos que complace a sus audiencias ansiosas de show. Cumple con el libreto.
Así que hoy Nicolás Maduro está en aprietos. Ha pasado a convertirse en un estorbo para propios y extraños. Para locales y extranjeros, civiles y militares, para opositores y especialmente para los del Psuv.
A diferencia de quienes creen que la parodia del Consejo Nacional Electoral que oficializó el desastre del referéndum consultivo fue una presentación armada deliberadamente por el oficialismo para desalentar el voto opositor en vista de la futura elección presidencial, opino que la circunstancia se les fue de las manos. Elvis Amoroso en su rol les resultó, como diría mi abuela, “aguado”. Tartajeante y torpe, haciendo maromas con las cifras, confundiendo votos con votantes, disminuyendo el cómputo final anunciado el día anterior, fue patético. La ausencia de rigor en los datos emitidos y el no informar sobre números esenciales evidenciaron al poder electoral enredado en su trampa y su falsedad.
Venezuela paga caro estar bajo el dominio de un régimen inescrupuloso que tiene por residente en Miraflores a un fanático de la incultura.
También se alimenta el resentimiento contra quienes tienen o aspiran a tener una sólida formación de conocimientos y valores.
Entretanto los centros educativos tanto de Caracas como en el interior del país se caen a pedazos, sin equipos, sin servicios, con escaso personal que no puede vivir con una paga miserable. Sin embargo, es el gremio de profesores y maestros el que está dando una gran lucha en las calles para exigir mejoras salariales y reparación de las instalaciones.
Para el régimen la importancia de los centros educativos se centra en el sentido utilitario durante los procesos electorales. Para ello no escatima recursos, ni hay límite de tiempo para abusar de los espacios e invadir las instalaciones con cajas y equipos.
Como bien han explicado los expertos, las preguntas planteadas en el referéndum consultivo y la campaña para que la gente vote de manera afirmativa pueden impulsar situaciones extremadamente delicadas y con graves consecuencias jurídicas para Venezuela, como lo sería el desconocer o apartarse de la Corte Internacional de Justicia. También hay otros aspectos que demuestran grave descuido de parte de Venezuela en una materia de alto interés geopolítico, como lo es haber permitido que Brasil mantuviera operaciones militares en el territorio en disputa, así como que las Fuerzas Armadas de Guyana hiciesen entrenamiento en el territorio en reclamación. Bajo esta tensión diplomática el liderazgo opositor ha asumido la situación con sobriedad y serenidad. Lejos de acercarse al terreno movedizo de Maduro, la Plataforma Unitaria Democrática advierte que el tema del Esequibo es de gran interés para la nación
El régimen no está procesando bien el rechazo creciente. Las protestas por mejores salarios no han cesado ante el continuo deterioro de la calidad de vida del venezolano. El salario mínimo y las pensiones tienen más de 600 días sin aumento. El monto ni siquiera alcanza 4 dólares en un mes, con una cesta básica que ronda los 380 dólares. Los bonos estudiantiles prometidos se agotarán en tres pasajes de autobús. Maduro sabe que no tiene dinero para ejercer el clientelismo político que lo ha sostenido, por eso presiona por el cese de las sanciones y se desespera. Alza la voz y tiene miedo.
Otro miembro de su corte (literalmente), la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, Gladys Gutiérrez, organizó muy oronda un acto protocolar con cinta tricolor mediante, para dar por inaugurado un grifo que servirá para recargar los botellones de agua potable del más alto tribunal del país. Es un chiste sin comentarios.
La audiencia pública cumplida el martes 7 y el miércoles 8 de noviembre, activaron el sueño posible de justicia. Fue un aterrizaje en el estado de derecho que sentíamos muerto. Fue alentador disfrutar sin censura de dos sesiones desde La Haya transmitidas en vivo en las que se debatió solemnemente casos de nuestra realidad, sobre delitos cometidos por funcionarios del régimen actual.
Las inexactitudes, la ausencia de pruebas, los argumentos generales, las frases manidas, abundaron en el equipo que, para colmo, es financiado por los venezolanos. La guinda de la torta la puso Yván Gil, canciller de Maduro, quien además de atacar la sesión denunciando irregularidades en la misma, se fue por el camino de intentar desacreditar a la CPI.
Un Nicolás Maduro derrotado pretende rugir sin que eso logre borrar el testimonio de voluntad ciudadana, de civismo, de decisión y valentía, de desesperado y absoluto deseo de cambio registrado el pasado 22 de octubre.
Y en todo lo mencionado, lo más destacable es el convencimiento democrático. La decisión de votar para elegir el candidato de su preferencia.
Por eso, uno de los aspectos más destacable de la elección primaria fue cómo quedó desbaratada la hipótesis esgrimida y utilizada por Maduro a su conveniencia, de atribuirle a la oposición planes terroristas y todas esas sandeces que solo están en la agenda de ellos, los de Miraflores y Fuerte Tiuna, de los funcionarios asalariados para la violencia, y las bandas estructuradas en cárceles con permiso para matar.