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Ahora, mujeres de todas las edades y la juventud iraní se han rebelado. El pueblo, además, está agobiado por la crisis económica y se les ha unido.

Las protestas han sido calificadas por analistas como una revolución desde el asesinato de Mahsa Amini el pasado 16 de septiembre luego de haber sido detenida y torturada por la policía moral iraní. Amini, conocida como Jina, era una chica común, ni siquiera podía catalogarse de activista. Tal vez por eso la sociedad se sacudió ante el crimen, porque a cualquier madre, hija, abuela, le habría podido pasar. Abundan las historias de mujeres abusadas, humilladas, maltratadas. 

El madurismo ha avanzado en su afán por crear, en paralelo a los municipios, una instancia de gobierno colectivista de los asentamientos humanos, totalmente dependiente del gobierno nacional. Está muy claro que, en la nueva estructura política regional planteada, los municipios serían eliminados. Razón tienen quienes sentencian que sería la muerte de la democracia representativa.

El camino, expresado a rajatabla, es hacia el totalitarismo. Para ello primero tienen que acabar con el gobierno local autónomo lo que atropella hasta a sus partidarios (y ellos parece que no lo ven). 

En Venezuela el criterio de manejo de recursos se sustenta en el provecho de las mafias en el poder. Por eso la crisis no sale de un círculo vicioso que solo se rompería con un cambio del sistema político. Nadie en su sano juicio puede sentir confianza en el régimen.

Tal desastre se sostiene sobre un pueblo debilitado, disperso, desinformado; para esto último, la censura es cada vez más implacable lo que se complementa con la invasión de la narrativa oficialista. De esta manera se le hace fácil al régimen reprimir las protestas que terminan borradas o desdibujadas entre el silencio y el relato de la dictadura.

Maduro, al ofrecer la posibilidad de elecciones libres, asume tener el control de decidir sobre ellas y acepta que actualmente no hay condiciones. Revela también su avidez porque le restablezcan la opción de usar nuevamente su chequera y por la libertad para él y su pandilla, de seguir haciendo negocios en el mundo entero.

Las sanciones son una obsesión para el régimen, todo el mundo lo sabe. Hemos de recordar reuniones previas en mesas de negociación donde la supresión de las sanciones ha sido prácticamente el único punto de interés para la dictadura (ahora se ha agregado la libertad de Alex Saab).

“Ahí está el dilema -reiteró Maduro- que nos quiten todas (las sanciones) para ir a unas elecciones libres, frescas, en el tiempo que determine el Consejo Nacional Electoral y la Constitución”. Por cierto ¿qué significarán para él elecciones frescas? ¿Sin muertos, por ejemplo?

De 277 presos políticos, 154 son militares, según registro actualizado de la ONG Foro Penal.

Para esos militares con o sin condena, no ha habido tregua. El régimen, que apuesta a la certeza de la pasividad o indiferencia de la opinión pública, hace con ellos lo que le da la gana. De poco han valido las gestiones desesperadas de los familiares y las diligencias de las organizaciones no gubernamentales defensoras de los derechos humanos, incluida la Misión de la Determinación de los Hechos de Venezuela de la ONU.

“Si se murió el general Baduel y no ocurrió nada, pues que se muera ese coronel escuálido como un perro”, sentencia con frecuencia, José Martínez, director de la cárcel 26 de julio en Guárico donde el coronel de la Guardia Nacional José Gámez Bustamante está detenido desde hace diez años sin haber tenido siquiera la primera audiencia de juicio, indica el registro de la periodista Sebastiana Barráez. Durante ese tiempo la salud del militar se ha deteriorado por el maltrato. ¿Qué cuerpo soporta diez años bajo tortura?

La patria está con nosotros, pero sobre ella no podemos ejercer nuestro derecho. Desterrados y desperdigados, las circunstancias espaciales dificultan organizarse. Súmenle a eso la imperiosa necesidad de sobrevivir apelando a infinitas actividades agobiantes.

Aún sí, nos toca dar esta nueva batalla porque si quienes nos vimos impelidos de salir del país no nos organizamos y exigimos el cumplimiento de la ley y por lo tanto nuestro derecho a ejercer el voto, nadie lo va a hacer.

El  registro electoral del 22 de abril de este año indica que solo 107.297 venezolanos pueden sufragar en el exterior. Ese número de votantes es de hace más de diez años -en la última campaña de Hugo Chávez-

Al gran poeta venezolano Rafael Cadenas le fue otorgado el Premio Cervantes, el más importante de las letras españolas que reconoce al autor la trayectoria de su vida.

El poeta Cadenas nunca ha dejado de advertir: “en Venezuela se reduce a diario el margen de libertad”. Su decoro lo ha convertido en un personaje incómodo para las autoridades de Miraflores.

Los medios internacionales se unieron de inmediato al aplauso y coincidieron en aseverar que el premio es para “un país herido”, “para una parte de la intelectualidad venezolana que no está de acuerdo con lo que allí sucede”, “para la dignidad de Venezuela”.

Son nueve años en los cuales Maduro ha venido arrasando la Amazonia venezolana y abusando de los pueblos indígenas.

“Revertir todos los procesos de destrucción del Amazonas como gran pulmón del mundo, así se lo hemos propuesto a Petro y Lula para que otros países se comprometan a financiar la recuperación del Amazonas”, dijo Maduro en Egipto, revelando -sin querer- que el verdadero objetivo no es la conservación, sino el dinero.

El ecocidio al sur del Orinoco ha sido sólidamente documentado junto a decenas de delitos que ya le van costando muy caro a la humanidad. Y no es exageración.

La organización “SOS Orinoco” produjo un sólido documental que demuestra de manera desgarradora la devastación ecológica y cultural que viene ejecutando la tiranía en Venezuela con alto riesgo para la región.