18 Mar
La falsa palabra de un dictador
Visto 562 veces
Valora este artículo
(0 votos)

 

Maduro planifica convertir a la oposición en una caricatura manejable y desordenar la mesa de negociación incorporando a los alacranes.

Será difícil olvidar la humillación retratada en esos rostros apesadumbrados de los mandatarios más poderosos del mundo cuando admitieron que Vladimir Putin los había timado al asegurarles que no invadiría Ucrania. Y el mundo entero con su sabiduría popular preguntó ¿alguien le puede creer a un dictador? Putin debe haberse divertido diciéndole a ellos lo que querían escuchar, lo que deseaban que sucediera y lo que obviamente no ocurrió.

Ahora, la guerra ha suavizado el rostro de otro dictador, Nicolás Maduro, ante el gobierno de Estados Unidos. El pragmatismo se ha impuesto y el petróleo limpia la sangre derramada. Dos o tres rehenes americanos liberados con una publicitada alharaca intentarán apagar los gritos de los 239 presos torturados en las mazmorras venezolanas.

Maduro aprovecha la jugada y toma ventaja. Saca ganancia a su alianza con Putin, su verdadero jefe, negado convenientemente, por el momento. Solo tiene que volver a sentarse en una mesa de negociación de la que se puede levantar cuando le de la gana, como ha hecho siempre. Incluso se muestra dispuesto a prometer elecciones libres ¿y no siempre han sido libres? ¡Caramba!, ha dicho Maduro sin necesidad de traducción. Las sanciones serán relajadas y nunca un adjetivo fue tan pertinente. Habrá licencia para producir petróleo con la condición de que buena parte vaya al imperio americano.

Maduro avanza en otro movimiento: desdibujar a la oposición. La mesa de negociación la piensa convertir en una caricatura manejable. Por eso planifica aumentar el número de participantes de las reuniones en México, con alacranes amigos a quienes repartirá manuales que contendrán el guion que deberá ser aprendido. Lo que queda de gobierno interino corre peligro. Algunos temen que Estados Unidos le tenga prevista una muerte natural, en cuyo proceso los teléfonos no serán atendidos y las agendas se mostrarán copadas.

La mayoría de los venezolanos que viven en su país quiere creer que las cosas mejorarán y tal vez sí, para algunos, porque la guerra ayuda a que el precio del petróleo aumente y a que la democracia y la libertad y la ley, disminuyan. Pero ese dinero no se invertirá en obras, ni ayudará a los viejitos pensionados, no construirá hospitales, ni reparará escuelas.

Los que sueñan con vivir mejor asumirán la nueva circunstancia con fe, es comprensible.

Pero el periodista Roland Carreño cumplió este miércoles 500 días preso, el profesor dirigente de Fundaredes, Javier Tarazona lleva 250 días tras las rejas con una salud delicada. Hay 239 seres humanos sin esperanza de salir en libertad.

Alfredo Romero del Foro Penal reitera su denuncia de la puerta giratoria: el poder siempre tendrá presos políticos porque les sirven para obtener beneficios. Los que sueltan serán sustituidos. Los presos políticos son usados como fichas de negociación.

El presidente Joe Biden se pronunció complacido con la liberación de rehenes. Lo presenta como un éxito producto de la negociación con Maduro. Sin embargo, se han activado algunas alarmas. Los republicanos y algunos miembros importantes del partido demócrata están en desacuerdo. “Corremos el riesgo de perpetuar una crisis humanitaria que ha desestabilizado a América Latina y el Caribe. Maduro es un cáncer para nuestro hemisferio y nada de lo que hagamos le debería dar nueva vida a su reino de tortura y asesinato”, advirtió el senador Bob Menéndez, aunque en realidad, la reacción internacional se expresa complacida y hasta aliviada, con la reactivación del diálogo. Parecieran haberse quitado un peso de encima.

Y entretanto el ELN y la FARC ganan más terreno y poder en Venezuela. Al presidente Iván Duque, Maduro le quiere partir el brazo. Duque protesta: Maduro es un dictador, un criminal global. Pero EEUU habló con el régimen venezolano antes que con el presidente de Colombia.

Venezuela ha quedado más desprotegida que nunca. Los rusos siguen en Venezuela y los americanos por los momentos se hacen los locos. Ha sido cancelado temporalmente discutir el tema de los equipos rusos en Venezuela, del control parcial de comunicaciones de los rusos en Venezuela, del entrenamiento militar de los rusos a los miembros de la FANB venezolana, o del espionaje a Colombia de los rusos desde Venezuela.

Ucrania duele mucho y con razón. Aunque también como ellos, la sensación es que nos han dejado solos.

Pero no seamos aguafiestas. No nos preocupemos sin necesidad, miren que Maduro ha dado su palabra. Y ya saben cuán valiosa es la palabra para un dictador.