16 Dec
El choque de los Chávez con Maduro
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Nicolás Maduro ha decidido quedarse con Barinas, territorio apetecible para él y sus amigos de la guerrilla y el narcotráfico, cuya posesión la ejerce la familia Chávez. Para ello ha disparado primero a la oposición, ejecutando estruendosos desafueros al arrebatarle el triunfo a Freddy Superlano. Después, ha colocado a Jorge Arreaza, candidato de laboratorio, con la firme decisión de reducir el apellido Chávez a solo un discurso del cual asirse cuando le sea necesario. Así, con el proceso convocado para el próximo 9 de enero, Maduro aspira tomar control del tercer estado llanero, tierra sobre la que han gobernado los Chávez desde hace 21 años.

Es un paso calculado y peligroso con el que al principio no estaba de acuerdo Diosdado Cabello quien a troche y moche pretendía que su amigo Argenis Chávez se mantuviera en el poder. Fue él quien, pasando por encima a toda la jerarquía de la Fuerza Armada venezolana, ordenó al Plan República, a través del Zodi 32 a cargo del general José Serrano Gotera, secuestrar las actas que confirmaban que el ganador era Superlano.

En realidad, Diosdado defendió a los Chávez frente a Maduro solo un ratico porque como es su naturaleza, al ver la cosa complicada se transformó en el verdugo que piensa convertir en un recuerdo a los miembros de la familia del comandante fallecido a quienes trata ahora como sus adversarios, o para mayor precisión como sus enemigos.

Los cubanos habían advertido sobre una segura derrota desde septiembre pasado con sondeos de opinión que mostraban sin lugar a duda el triunfo de Freddy Superlano. Se comenzó entonces a fraguar el plan para sacar a los Chávez a quienes culpaban de un rechazo que, sí, era contra ellos, pero también y de manera especial, contra Maduro y su desastre. Para el toque de “legalidad” llamaron, por supuesto, a Maikel Moreno quien esta vez para llevarlo a cabo, no la tuvo tan fácil en el TSJ.

Tampoco los Chávez quieren a Maduro. Los momentos destemplados entre quienes ahora ocupan Miraflores se fueron volviendo frecuentes desde que las hijas de Chávez se negaron a entregar La Casona. Maduro comenzó a desconfiar de todos ellos y fue acumulando grabaciones y expedientes sobre la familia. Desde la madre Elena y el padre Hugo de los Reyes, pasando por Adán hasta los pichones de la última generación, han sido espiados.

Desde ese laboratorio comenzaron a filtrar eventos bochornosos para los Chávez, como el ocurrido en el hato La Chavera, un día que el teniente coronel en un numeroso almuerzo familiar con amigos descubrió un vehículo oculto bajo un gigantesco forro. “¿De quién es este carro?”, preguntó. Y nadie decía nada. “Bueno, como no tiene dueño…”. Entonces buscó un palo y descargó con furia tres golpes sobre el metal de una Hummer negra que resultó menos herida que el orgullo del propietario Argenis Chávez.

Argenis hasta este mes gobernador de Barinas, es el menor de los hermanos, el consentido de papá y mamá, el que en su defensa doña Elena le dijera a su hijo presidente: “Usted mandará en Miraflores, pero aquí mando yo”.

A ese mismo están maltratando Nicolás y Diosdado. Amigos de la familia apuestan a que no será un conflicto cualquiera. “Que la doña se haya tomado recientemente una foto con Jorge Arreaza, no significa nada porque la procesión va por dentro”, acota otro Chávez más.

Entretanto el régimen ha movilizado a casi todo el tren ejecutivo para una campaña electoral que un pueblo abandonado nunca imaginó. Y junto al personal está la carga de ingentes recursos. No van a escatimar para tratar de impeler a los habitantes de Barinas para que voten, mientras la familia del presidente fallecido ha decidido abstenerse, hasta nueva orden. “Ellos no perdonan la traición”, asegura un amigo, porque algunos amigos todavía les quedan.

La presión promete endurecerse. Cercanos de Argenis aseguran haber sido amedrentados por comisiones del Sebin y la FAES y algunos residentes de ciudad Tabare en Barinas (complejo de 5 mil viviendas que hizo Chávez) denuncian haber sido amenazados con quitarles sus casas.

Entretanto la posición ha entendido que debe alinearse y complicarle la jugada a Maduro con dos frentes abiertos. “Aunque sabemos que no será una elección libre y que el voto está confiscado por esta confederación de delincuentes, todo lo que se haga para debilitar a Maduro lo vamos a respaldar”, anunció Juan Pablo Guanipa.

Así que dando por cierta la consideración del experto en seguridad Alberto Ray respecto a que el proceso en Barinas es un ejercicio de variables controladas con el que el chavismo prueba estrategias para identificar sus debilidades, el ensayo podría servir de utilidad por rebote también para la oposición.