14 Feb
Estallido
Visto 3331 veces
Valora este artículo
(12 votos)

Miro la foto de unas 30 personas de Cumbres de Curumo que con banderas y orgullo se apostaron en la entrada de Fuerte Tiuna. La cara de los efectivos militares era un poema. No lo podían creer: “esta gente no nos tiene miedo”.

 

Tres muertos, casi 30 heridos, más de 120 detenidos –el abogado Alfredo Romero refirió que varios fueron torturados con electricidad-  engrosan dolorosamente un vergonzoso dossier de violaciones a los derechos humanos. Record en 24 horas.

 

Nicolás Maduro se encadena para intentar presentar a centenares de jóvenes venezolanos como violentos. Tres videos editados al detalle no logran mostrar una sola arma de fuego en manos de los muchachos. Los fallecidos recibieron disparos. Las armas la tienen los malandros de la alianza oficialista, colectivos, paramilitares. También las tienen los organismos de seguridad.

 

El gobierno lamenta la muerte de un Tupamaro. Le piensan dar trato de héroe. Estaba infiltrado en la marcha de los jóvenes. En Mérida ese grupo paramilitar había disparado el día anterior contra estudiantes y carros. El oficialismo cada vez es más descarado en apoyarse en delincuentes.

 

Orden de captura contra Leopoldo López. La Fiscalía a velocidad de rayo tramitó la solicitud a una juez que en minutos le atribuye al dirigente de Voluntad Popular, ocho delitos. Desde instigación a delinquir hasta terrorismo, pasando por homicidio intencional. A María Corina le iniciarán una investigación en la Asamblea Nacional.

 

El tufo de gorila se ha apoderado de Miraflores. Las imágenes de efectivos militares en Caracas y el interior del país, golpeando a ancianos, a muchachas adolescentes, a jóvenes  -casi niños- han quedado registradas en decenas de fotos y videos. El registro ciudadano es poderoso.

 

Nicolás Maduro ordenó a las cableras sacar del aire a NTN24. Denunció a la agencia internacional AFP. Eso es lo que le queda: pelear con medios internacionales. Aquí en Venezuela los ha silenciado a través de la compra, la censura y la autocensura.

 

Dicen que las cacerolas no sonaban hace mucho así de fuerte en Catia. La protesta puede activarse como epidemia. Hay demasiadas razones. Este gobierno lo ha hecho todo mal. El país va directo al caos -sin exagerar- va camino a la catástrofe económica.