11 Dec
Valiente votante
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No sé si votar me hace mejor persona, pero lo que sí les aseguro es que me hace sentir muy bien, en especial cuando logro hacerlo concientemente y a pesar del abuso y el grotesco ventajismo, a pesar de Tibisay y compañía en su CNE, en fin, a pesar de los gangsters que detentan el (abuso de) poder. A pesar también del oprobioso silencio de los medios de comunicación censurados y autocensurados.

 

Pero la abstención no es mi tema hoy. Entiendo que el liderazgo político opositor evaluará los resultados y con ello asumirá una estrategia que deberá partir del evento inocultable de que a los gobernantes de turno oficialistas, les importa un bledo la problemática venezolana y sus ciudadanos. Su exclusiva preocupación es seguir engordando sus cuentas corrientes en la misma proporción que a algunos de ellos les han crecido sus barrigas.

 

Quiero decir algo en un país donde presencio con dolor cierta tendencia a la mezquindad: aplaudo a los candidatos opositores ganadores y perdedores, que rasguñando recursos, amenazados por malandros -que en algunas ocasiones eran sus mismos adversarios políticos-, invisibilizados, lograron realizar una extraordinaria campaña y retomar la noble manera de hacer política: de puerta en puerta.

 

Eso ya es un triunfo.

 

Pero hay otras razones para celebrar. En lo personal, ganar Barinas es como si me hubiesen invitado a París a recibir el año. A esa súmenle otras alcaldías que siempre habían sido territorio intocable por la oposición. Otras nuestras y luego perdidas, fueron honrosamente recuperadas.

 

También son dignos de considerar triunfos que sólo eran posible con el favor del voto popular, tal es el caso del Municipio Sucre con Carlos Ocariz con un elemento adicional: alcanzó finalmente la mayoría de concejales.

 

Es cierto que parece un lugar común referirse a esta jornada electoral como la confrontación de David y Goliat, pero no encuentro otra comparación más acertada y justa.

 

Nicolás Maduro y etc. son unos abusadores. Descarados. Que manejando incontables millones de dólares procuran doblegar a quienes ellos califican como sus “enemigos” políticos. Por un lado tratan de hacerlo por la ruta del atropello, la persecución y el amedrentamiento, y por el otro del ejercicio perverso de la compra de conciencias.

 

 Frente a todo eso, 50 por ciento de los votantes del 8D se levantaron para expresarse rotundamente y decir a Maduro: tu Plan Patria vas a tener que partirlo por la mitad.